El bien y el mal batallan por lograr primacía en este mundo. El cielo no es responsable de la fortuna o de la desgracia que el destino nos da. No le agradezcas ni le acuses.
Es indiferente a tus goces y a tus penas.
Me es posible percibir el cielo. ¡Tengo en los ojos un cendal de lágrimas!
El paraíso es, solamente, un instante de paz.
La hoguera del infierno es tan sólo una chispa frente a las llamas que me devoran.
Más allá de los límites de la Tierra, más allá del límite Infinito, buscaba yo el Cielo y el Infierno.
Pero una voz severa me advirtió: "El Cielo y el Infierno están en ti."
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