Una silla vacia

Hoy vemos la silla de nuestros seres queridos; vacía  pero sentimos como las vibraciones del amor, de las enseñanzas, de valores que fueron suyos, siguen con nosotros.

La silla, la realidad, continua llena de recuerdos por que:

Cuando estamos exhaustos y necesitamos fuerza, los recordamos.

Cuando nos sentimos tristes y perdidos, los recordamos.

Cuando sentimos alegría, los recordamos.

Cuando tenemos decisiones difíciles de tomar, los recordamos.

Cuando transformamos sueños que eran suyos, los recordamos.

En cuanto nosotros vivamos, ellos también vivirán por que son parte de nosotros.

Anónimo

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